Clínicamente probado

Campsis radicans. Enredadera de trompeta

La publicidad nos tiene acostumbrados a recibir mensajes que pretenden darnos certezas sobre la calidad de los productos que se publicitan. Suelen ser mensajes cortos, que apelan a nuestros conocimientos previos para convencernos de que el producto en cuestión es bueno para nosotros. 

En los últimos años se publicitan numerosos productos alimenticios o cosméticos que llevan explicita la expresión “clínicamente probado”. Con esta coletilla se pretende convencernos de que el producto que se nos oferta ha pasado el control de la medicina —la clínica es el ejercicio práctico de la medicina relacionado con la observación directa de los pacientes y con su tratamiento — y por lo tanto goza del aval de la ciencia médica. Es decir que los médicos han testado el producto y han concluido que es bueno para el fin al que va destinado.

Esta afirmación adolece, como mínimo, de una falta de precisión, que desvirtúa en gran medida el mensaje. No se nos dice quien o quienes han testado el producto ni los resultados que han obtenido. Nada se afirma sobre que los resultados obtenidos, si realmente se ha testado el producto, sean los que publicita la empresa fabricante.

Frente a esta publicidad tenemos que posicionarnos de una manera crítica. Primero deberíamos saber —podría figurar en el prospecto interior— qué médicos han probado el producto, con qué pacientes y en qué condiciones. Por otro lado, deberíamos conocer los resultados de la prueba, que pueden haber sido negativos, en cuyo caso demostrarían la inutilidad de lo que se publicita.

Es evidente que los consumidores no podemos tener los conocimientos necesarios para decidir sobre la veracidad de todos y cada uno de los productos que se nos ofertan. Pero también es cierto que hay una cierta experiencia global previa sobre lo ya conocido que puede ayudar en la decisión.

Tenemos una cierta pulsión hacia la novedad. Casi nos han convencido de que todo lo nuevo es bueno y mejor que lo previo. Pero debemos ser cautos ante lo que se nos ofrece. No todo lo publicitado como clínicamente probado ha pasado por el filtro de la medicina.

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4 comentarios en “Clínicamente probado

  1. Rufino Estanquero

    He aquí un nuevo campo para el ministro Garzón, porque no creo que haya nadie que dude de que la publicidad en España ( supongo en en todas partes cuecen habas) es, no de peor, sino de malísima calidad.

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  2. Onifur

    He aquí un nuevo campo para el ministro Garzón, porque no creo que haya nadie que dude de que la publicidad en España ( supongo en en todas partes cuecen habas) es, no de peor, sino de malísima calidad.

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